Para poder vivir el campo era necesario estar cerca de el, al mismo tiempo, era preciso no dejar de contemplar el océano. Logramos combinar estos dos paisajes, tan opuestos a veces, y tan cercanos ahora.
Con la incorporación de sembradíos, dejamos que esta porción oceánica se eleve y logre flotar imperceptiblemente, dejando debajo el armado final de las cuatro habitaciones que podrán disfrutar de la vivencia cercana al campo.
Anteriormente, el resto de las instalaciones y programas se compactan en un gran contenedor de acceso, que despliega nuestra porción de mar, dejando libre y sin ningún tipo de inconvenientes los procesos administrativos y cotidianos de la casa, evidenciando su posible aspiración a convertirse en un pequeño complejo de bungalows.
AUTORES: Agustina Acosta . Agostina Damo . Ana Laura Tovares . Marina Pedoja . Alexis Lalin